miércoles, 26 de marzo de 2008

CORAZONADA. Música, danza, colores y amor


Hay películas que se disfrutan con los cinco sentidos. Esta es una de ellas. Coppola, ese director archiconocido por larguísimas obras de arte como la saga de los Corleone o la perfecta fusión entre filosofía y Vietnam, dirigió One from the heart, con horrorosa traducción al castellano, por aquél lejano 1982. Contó para la pareja protagonista con un bipolar Frederic Forrest y una extrañamente seductora Teri Garr, y para los estupendos secundarios con un imponente Harry Dean Stanton, y una siempre maravillosa Nastassja Kinski, quienes repetirán juntos, esa vez como pareja, en la perfectísima París, Texas.


Los colores inundan una película dibujada con pincel multicolor sobre un lienzo musical, verbigracia de Tom Waits. Las guitarras bailan con las trompetas estupendos tangos verdes, amarillos, rojos, rosas, naranjas y violetas. Miles de parejas enamoradas bailan al son del jazz en las calles de una ciudad edificada sobre un bloque de casinos. Los cabarets se convierten en punto de encuentro de copas de alcohol que conjuntan a la perfección con decorados de corcho, planos superpuestos sobre fondo azul y poesía escrita a través de fluorescentes de neón. Las luces de coches aparcados unos sobre otros entonan una canción de amor a una artista de circo que camina sobra una pelota amarilla y desaparece como agua sobre una plancha cuando se cierra los ojos. Los aviones despegan ante la mirada de un enamorado que llora. Cinco años de matrimonio no sirven más que para comenzar una historia de amor que crece con la película, y que aterriza sobre otros dos enamorados que ven cual espectadores una historia central que agoniza de alegría y romanticismo.

No hay comentarios: