Se puede ser un aragonés cutre y vergonzoso que se vanagloria del tópico como Marianico el Corto, o un aragonés de acento pronunciado que no es difícil ver por Zaragoza como Paco Martínez Soria, actor curtido en el Teatro de la Zarzuela de los 40, y afincado en el personaje de, como él mismo dijo, "cateto entrañable".
Ahora, pocos meses después del 25º aniversario de su muerte, sigue siendo recordado tanto dentro como fuera de las fronteras aragonesas. Se convirtió, de repente, en un aragonés más que consiguió la fama nacional. Sin embargo, aquellos que únicamente le conozcan tras su encuentro con Pedro Lazaga en La ciudad no es para mí, sólo conocerán el "cateto entrañable" en el que se transformó hasta el día de su muerte, pero bajo esa máscara había un actor, hay un actor, habrá un actor.
P. D.: no sé exactamente a qué juega Paco Martínez Soria en el vídeo de La ciudad no es para mí, pero no es ni al tute ni al guiñote... de todas formas (spóiler) acaba ganando y devolviéndoles los recibos a todos los de su pueblo.
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