Hubo un tiempo en que las Mirindas eran más conocidas que la Coca-Cola, hubo un tiempo en que Alex Angulo ni había pisado los estudios de Telecinco ni había buscado al anticristo, hubo un tiempo en que Álex de la Iglesia aún no era uno de los mejores directores patrios, hubo un tiempo en que Saturnino García todavía no se hizo llamar Justino, hubo un tiempo en que Ramón Barea aún no era teniente en el Big Club, hubo un tiempo en que Mirindas asesinas nos descubrió al que sería uno de los mejores, hubo un tiempo en que no había cineclub que no tuviese Mirindas asesinas...
Hagamos un revival de comienzos de los 90 y disfrutemos del primer cortometraje del maestro creador de joyas como El día de la bestia, La comunidad o Crimen ferpecto, entre muchas.
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