martes, 18 de noviembre de 2008

ALL THAT JAZZ y CABARET. El musical llevado a debate

Hoy he podido ver, una vez más, la magistral All That Jazz de Bob Fosse. Y tras el visionado de tan magna obra de arte me he encontrado con tres personalidades antagónicas con tres opiniones al respecto del género:
- El primer tipo de espectador es al que no le gusta la película, y ya está, no hay más.
- El segundo tipo de espectador es al que le gusta la película, pero no así Cabaret.
- El tercer tipo de espectador es al que le gusta más Cabaret que esta otra, aquí es donde yo me encasillo.

¿Por qué dividir así al público? Dejando a un lado que las dos son obras de Bob Fosse, ambas son tan distintas que si se comprende y quiere a una, difícilmente se puede disfrutar del sentido de la otra. Todo surge a raíz de un comentario proveniente del segundo tipo de espectador: "No me gustan las películas en las que el argumento, la historia, flojee; se puede hacer un musical con historia, como este All That Jazz". Se sobreentiende que quiere decir que Cabaret no tiene un buen argumento, si así la que da título a la entrada.

Ante esta afirmación me gustaría reflejar mi humilde opinión sobre lo que significó para mí Cabaret y por qué no sólo me gusta más que All That Jazz, sino que la considero como la mejor película musical de la historia:

Visualizad un cabaret prohibido durante el régimen nazi por sus contenidos grotescos y el liberalismo sexual que se manifestaba en el interior. Con este establecimiento como telón de fondo, imagináos qué dos tipos de películas se podrían realizar a partir de él: una que narrara aquello que sucedía en su interior enterneciéndonos con alguna historia emotiva al uso, o algo mucho más ambicioso como es introducirnos en el interior del cabaret para sentir lo que se vivía en ese ambiente clandestino y peligroso. Este objetivo se cumplía muy fácilmente con la obra de teatro Cabaret, pero al traspasarlo al cine corría el peligro de perder la esencia. Sin embargo, supera el obstáculo precisamente con aquello que los segundos tipos de espectadores encuentran negativo en la película: la falta de una historia consolidada. No hay, técnicamente, una presentación, un desarrollo y un desenlace, sólo un cabaret. Quienes iban a los cabarets no buscaban una historia, buscaban actuaciones. Con la película de Bob Fosse hay que imaginarse que te sientas a la mesa con un whisky en la mano, con el miedo de que el ejército nazi entre en el garito, y disfrutando junto al resto de clientes de un magnífico maestro de ceremonias y una banda sonora soberbia y celebérrima. Es un cabaret visto a través de una obra de teatro, vista a través de una pantalla de cine.


Es algo que All That Jazz no tiene, aunque sí tenga una muy buena historia y una muy buena banda sonora.

1 comentario:

Reverendo Gore dijo...

'Cabaret' tiene un claro y evidente problema, la pretensión de haber trasladado (casi sin esfuerzo) un interesante musical a un formato en el cual no aportaba nada nuevo.
Las canciones satisfacen, pero no bastan. Lo que en una película "normal" se suprime como música (vamos a suponer un 5% o un 10%), en el musical debe (tirando a la baja) servir de argumento.
Los números musicales no pueden presentarse porque sí, aunque la escusa de "¡Es un Cabaret! ¡Sentarse en un Cabaret y disfrutar de él es así!" sirva.
Empieza a salir a flote la pregunta de si es necesario "dar de comer" a los que no quieren moverse para ver grandes obras como ésta que, por ser más interactivos y siempre que el cine, premian al espectador. Para eso, el teatro.