lunes, 17 de noviembre de 2008

CÓMO ROBAR UN MILLÓN Y... La inocente comedia de los 60

"How to steal a million", o su traducción al español con una intrigante conjunción al final seguida de tres puntos suspensivos, es todo lo que se puede esperar de una comedia de los 60 protagonizada por un galán ladronzuelo con grandes dotes lingüísticas y una bella jovencita que se deja cautivar por sus encantos.

La inocencia de esta película de William Wyler reside en el encanto de sus protagonistas, parejo a la estela que han dejado los actores a lo largo de su historia. Los ojos azules de Peter O'Toole, y la magnífica e irrepetible belleza y dulzura de Audrey Hepburn, se ponen de acuerdo para que adoremos un robo, replento de buenas intenciones, en una galería de arte. Diálogos entrañables, actuaciones maravillosas, y una acción que no decae son las responsables de que esta película pueda ser considerada terapéutica.

Un guión que no está hecho para buscarle tres pies al gato, ni para criticar ni denunciar nada, permite que el mero entretenimiento se adueñe de la pantalla. La hija de un falsificador profesional, una siempre maravillosa Audrey, salva a éste de que sea descubierto su secreto de una forma un tanto peculiar: robando la Venus de Cellini con la ayuda de un simpático ladrón, un admirable O'Toole, que conoce mientras se pasea cautelosamente en la oscuridad de su casa, armado con una poderosa linterna de mano.


Películas como ésta, muy normales entre los 50 y los 70, de comedia sin maldad, con un guión más que decente, y unas interpretaciones de leyenda, ya no se ven muy a menudo. Es por eso necesario revisar algunos clásicos semi-olvidados como éste, que por ser un poco menores que hermanos suyos, no se les da la popularidad que merecen. Sin embargo, aunque a nivel fílmico la película sea meramente buena o nostálgica, a nivel emocional es casi necesaria. No esperen reírse a carcajadas, ni llorar cual catarata; How to steal a million se mantiene en un adecuado intermedio con la única intención de dibujarte una sonrisa mientras se te pasa el tiempo sin a penas haberlo notado. La reina del género será por siempre Audrey Hepburn, y uno nunca se cansa de ver sus películas una y otra vez. Y siempre es un buen momento para hablar de alguna de ellas. Ésta es un muy buen ejemplo.



2 comentarios:

Trevor Reznik dijo...

De acuerdo en todo excepto en lo de "...la belleza de Audrey (ought!) Hepburn...".

Reverendo Gore dijo...

¿Quién está más muerto? ¿Peter O' Toole o Audrey Hepburn?