jueves, 8 de enero de 2009

CAMINO AL OSCAR (I). La sorpresa del año se llama "Slumdog Millionaire"

Desde hace unos años vengo haciéndome un reto harto complicado: ver todas las películas nominadas de los Oscar, para así opinar con, al menos, criterio. Antes de ello, intento verme las nominadas a los Globos de Oro, porque todo el mundo sabe que son conocidos como La antesala de los Oscar y dan muchas pistas de lo que allá se va a cocer.


Este año, y de momento (pues aún no he visto ni la de Benjamin Button ni otras más), apuesto por Slumdog Millionaire, del sorprendente Danny Boyle, que igual te hace una maravilla como Trainspotting o una soberana mierda como Sunshine. Su última creación es la reina de sus maravillas, y bastantes características hay para así demostrarlo. Lo primero de todo, y menos importante, es que ha de ganar seguro y sin competencia tanto la fotografía como el montaje, eso sin dudarlo.

La fotografía homenajea a esos cálidos colores de las películas de Bollywood y los convierte en magia para teletransportanos a una India no recomendada para los turistas. Y el montaje nos acelera el corazón, así, ni más ni menos: el arte de mezclar presente, pasado y futuro en una misma acción, para unirse en un punto como si de afluentes se tratasen es un don que pocos saben manejar; y al que aquí se invoca en beneficio de la historia.


Y eso haciendo referencia sólo a fotografía y montaje. Es mucho más importante, sin embargo, la elección de la banda sonora, que aquí se ve convertida en un personaje más. Obviamente, el estilo es propio de la india y su cine, y las canciones se emplean estratégicamente para dar la sensación de ser raíles sobre los que circula el guión. Se acomodan a la acción y ponen la guinda al pastel, por ser demasiado atrevido que son el pastel mismo. Pero, antes de decir que la banda sonora es lo mejor de la película, es necesario nombrar al guión, que es quien se lleva tan honrado título.

El surrealista e hiperrealista guión se adueña de la pantalla y hace que dos adjetivos aparentemente contradictarios puedan convivir en paz. Lo que en un principio resulta un poco caótico, un puzzle desmontado con las piezas revueltas sobre la mesa, se convierte poco a poco, y como magia ante nuestros ojos en una única pieza monumental del tamaño del Taj Mahal, que lo mismo puede hacer llorar como hacer reír.


La que debería ser considerada como La película de esta edición de los Oscar está rodada íntegramente en la India, con actores totalmente desconocidos, de la mano del director Danny Boyle y con el programa ¿Quién quiere ser millonario? como protagonista de lujo. Parece surreal, pero es hiperreal.



1 comentario:

Reverendo Gore dijo...

El Camino al Oscar ha tropezado con 'Australia'. ¿Cuántas estatuillas bodrio se llevará a casa?