miércoles, 4 de marzo de 2009

DISCULPAS POR AUSENCIAS (Opción 3)

Una de las tres opciones que se van a proponer es la correcta. Sólo una de ellas concuerda con la realidad acerca de por qué me he retrasado tanto con las actualizaciones del blog.

No bajé a la calle el 24 de febrero a las 6 de la mañana, justo después de ser testigo de mi victoria acerca de la predicción de los Oscars; sino que me fui a la cama y me desperté después de la hora de comer. Luego me dio pereza hasta ponerme el abrigo, por no hablar de encender el ordenador. Mientras, y sin apenas darme cuenta, me vi rodeado de proyectos sin realizar, tareas a contrarreloj, superposición de objetivos pendientes, y fechas que se aproximaban a la velocidad de la luz montadas en el tren de la adrenalítica premeditación. Al momento, y como un pequeño Big Bang, todo implosionó. Con tantas cosas que hacer, decidí no hacer nada. Algunos lo llamarían estrés, pero esa tontería no existe; yo lo llamo falta de costumbre. Así que pasé un periodo de acostumbramiento. No visité ningún psicólogo porque para sacacuartos ya están las ferias y su pesca de patitos amarillos. Pasado un tiempo, respiré, y fui poco a poco. De una en una. Hasta que llegó la hora de volver a actualizar. Y aquí estoy.

Opción 1 Opción 2 Opción 3

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