SITGES 2007. La victoria moral de Balagueró

El pasado sábado 13 de octubre tuvo lugar la clausura de la 40ª edición del Festival de Cine Fantástico y de Terror de Sitges. El certamen fue testigo de la entrega de premios a las películas presentadas a competición que pudieron verse durante los diez días que duró el festival. La mejor película este año fue The Fall, la cinta infantil de Tarsem Singh, director que años atrás decepcionó con La celda. En cambio, la favorita del público, REC, tuvo que conformarse con la victoria moral y diversos premios secundarios.

El jurado encargado de llevar a cabo la votación, que constituyó el palmarés final, estaba formado por el actor Eloy Azorín, el director Ruggero Deodato, el también director Mark Palansky, la actriz Zöe Bell, y el crítico de cine Mirito Torreiro. La película que consiguió el premio más importante del certamen fue, contra pronóstico, The Fall. El segundo trabajo de Tarsem Singh cuenta la historia de un hombre que sufre un accidente y debe quedarse en cama hasta recuperarse, mientras una niña de ocho años le ofrece traerle la morfina que necesita si el paciente le cuenta la historia más bonita que conozca. El largometraje, que pasó sin pena ni gloria por el festival, gustó notablemente a gran parte de aquellos que pudieron verlo, pero en ningún momento se pudo imaginar que llegase a ser vencedor por encima de algunos que estaban en las listas de favoritos.

Una que sí era de las preferidas del público, la película de producción francesa A l’intèrieur, sólo se alzó con el reconocimiento al mejor maquillaje. El film cuenta la historia de una psicópata que trata de arrancar violentamente el bebé del útero de una aterrorizada madre indefensa. Las desgarradoras imágenes de la película hicieron necesaria la presencia de un equipo de la Cruz Roja en las puertas de la sala donde se proyectaba, ante los posibles shocks que su visualización pudiese provocar. Estas sangrientas escenas son las que han conseguido que A l’intèrieur destacase, en materia de maquillaje, debido a unas realistas y asombrosas caracterizaciones que hicieron las delicias de los más exigentes del gore más salvaje y horrorizaron a los espectadores más sensibles.

Además, dentro de las películas presentadas a competición, otra serie de largometrajes se hicieron con premios secundarios, consiguieron asimismo críticas muy favorables. Entre ellas se encuentra la última película de Takashi Miike (director de Audition e Ichi the killer), Sukiyaki Western Django, un remake de la película del género del spaghetti western Django, que contó en esta ocasión con la colaboración de Quentin Tarantino, reconocido fan de la original. Este último trabajo del director de Huella se llevó el premio a mejor fotografía, gracias al trabajo de Toyomichi Kurita, y a mejor diseño de producción. Paralelamente, en la categoría de mejor banda sonora y en la de mejores efectos especiales destacó la poética Mushishi de Katsuhiro Òtomo (director de Akira) que cuenta la historia de una experta en los mushi, espíritus de la naturaleza, mediante una gran cantidad de maravillosas imágenes, de entre las que destaca una reescritura de libros mediante espadas, al ritmo de una danza en el aire de letras y símbolos orientales. La estatuilla al mejor guión fue a parar a I’m a cyborg but that’s OK de Park Chan-Wook (director de Sympathy for Mr. Vengeance y Sympathy for Lady Vengeance), una surrealista historia sobre una chica que se cree un robot y es ingresada en un psiquiátrico para remediarlo. Aunque para los cinéfilos no perdurará en la memoria ni este robótico drama ni la ganadora cinta infantil de Tarsem Singh, sino ese falso reportaje sobre infectados de Jaume Balagueró y Paco Plaza, que consiguió aterrorizar a los afortunados que pudieron disfrutarla durante su preestreno en España.